sábado, 12 de mayo de 2012

Curiosidad intelectual

Keith Ellis
Jamaica, 1935

Ella presentó

al experto
en el enfriado estudio de la televisión
el cambio climático
era su especialidad;
contestó hábilmente:
vastos hoyos en el cielo
dejando escapar todo nuestro ozono.
Los enormes icebergs
del Antártico
desplomándose como
el castillo de dominó
de su nieto.
Australia ardiendo.
gentes y koalas
sin tener donde huir.
En el trópico
huracanes de este a oeste
chocando con los de sur a norte.
Osos polares ahogándose,
engañados por el delgado hielo.
El Ártico
ahora asequible
a la búsqueda de petróleo
a banderas y a guerra.
Al final,
No se vayan
ya regreso, dijo ella,
sin haber preguntado lo que
180 millones de televidentres norteamericanos
realmente querían saber:
¿porqué su invitado
llevaba una curita
encima del ojo derecho?

Trad. Mireille Milfort Ariza

Tomado del libro "Poetas del Caribe inglés:
Antología"

Los cuentos de Alfredo Alvarado, "El Rey del Joropo", mi padre: "Por un bochinche" y "¡Ta bueno ya!" , cap. XIV y XVII

Imagen tomada de Venezuela en ritmo


Por un bochinche
(Cap. XIV)

Una noche salimos de la Feria, Jacinto y yo, y nos metimos en una bodeguita. El pulpero conocía a Jacinto. ¿Qué hubo, Jacinto, qué te trae por aquí? ¿Qué hubo compadre? Estas nuevecito. Es el Cocuy. ¿Sigues en la Feria? En la misma. El Rey tocando, y el otro Rey bailando. Conócelo. Mucho gusto. Gusto el mío. Y digan en qué puedo servirles. Se oye... ¿qué van a tomar? Un cocuy, dice Jacinto. ¿Y tú? ...Tómate un palo, hombre. Me tomé dos cocuy. ¿Por qué no tocas algo? dice elpulpero. Bueno, vamos a hacerle un registro, compai. Sacó el cuatro y comenzó a registrar. Y empezó a juntarse gente en la bodega, tiriquitín, tiriquitín, tán, y gente y gente, tiriquití, y cuando vinimos a ver la bodega estaba llena de gente. pero comenzó a llegar más porque me arranqué a bailar, ¡Baile! colega, me dijeron, déjese de profesionalismo, y yo a bailar y la gente adentro y afuera de la bodega, hasta que aquello parecía un tumulto y llegó la policía en una camioneta y un sargento con un sable. El sargento entra, se enmochila el sable y pregunta: ¿Qué es lo que pasa aquí? Esto es como un motín. No, no es ningún motín, y la gente le abrió paso. Entre Sargento. ¿Qué es lo que pasa aquí? -grita el Sargento-. Murmullos y otros gritos. El Sargento se puso violentísimo. ¿Qué es lo que pasa? Esto es un tumulto y aquí va todo el mundo preso. Entonces se le acerca Jacinto: mire, compai, aquí no pasa nada, sencillamente estamos dando una fiesta. No -responde el Sargento-, ustedes están alterando el orden público. Sargento -le dice Jacinto- usted está equivocado. Yo estaré equivocado -grita el Sargento-, pero usted está preso. Intervengo yo: ¡Caramba! señor Agente, no sea usted tan... ¡Usted también va preso! Y uno del público que dice: esto es una injusticia. ¡Pues usted también está preso! Pero no puede ser -grita otro de la barra-. ¡Y usted también! Nos metieron en la camioneta. Sólo se oía un murmullo en la bodega. Fuimos a parar a la Jefatura. En la Jefatura el Agente le dice al guardia: alteración del orden público y oposición a la autoridad. Interviene Jacinto: ¡Escúcheme señor Agente! No lo escucho, cállese la boca, se opusieron y se opusieron, tenían un motín en la calle. Anjá, muy bien -dice el policía desde el escritorio-, déjeme tomar los datos. ¿Qué número es usted? Agente número tal. Ahora usted, diga: ¿Cédula, estado civil, profesión? Espere un momento, señor Agente -dice Jacinto-, ¿usted sabe quién soy yo? Pues yo soy Jacinto Pérez, el rey del Cuatro. ¡Anjá! -le responde el Agente-, usted es Jacinto Pérez, el Rey del Cuatro... pues vamos a meterle cuatro días de calabozo. Entonces Jacinto le contesta: ¡Caray! compai, menos mal que no soy el Rey del Arpa. Los policías y la gente que estaba de curiosa se echaron a reír. El Sargento también rió. De pronto dijo: suelten a esta gente que dentro de un rato nos tienen montado un bochinche. Regresamos a la bodega a celebrar.

Bochinche: Tumulto, barullo, alboroto, asonada
Bodeguita
: tienda de víveres pequeña
Pulpero: propietario o dependiente de una pulpería o abasto
Estar nuevecito: verse bien
Cocuy: bebida alcohólica obtenida de la planta agave cocoy
Tomarse un palo: beber un trago de alguna bebida alcohólica
Hacer un registro con el cuatro: tocar algunas notas con el 'cuatro' y registrarlas vocalmanete
Cuatro: guitarrilla venezolana de cuatro cuerdas

Enmochilar el sable: acomodarlo en la funda
Compai: compadre


¡Ta Bueno ya!
(Cap. XV)

Me trajeron al Indio Figueredo para que me tocara el arpa en otra Gran Feria Exposición. A esa Feria vino Pérez Prado, y vinieron las mellizas Dolly, el hombre más grande del mundo y unas gordas. El Indio Figeredo no sabe medir: él toca muy bien el arpa pero no sabe medir. Pues sdalgo a bailar con el Indio al arpa... Al Indio me lo encontré en estos días por la radiodifusora Venezuela. Recordamos esa historia, el Indio tocando el arpa, tán tán tín, tiquín ti, taca tán tán tán tán, tirín, tán tán, taca, taca, triqui, taca tá... y yo cansadito, tán tán tín, el joropo se estaba haciendo largo y yo cansado, hasta que hace tá dám, y yo creo que terminó pero vuelve otra vez, tá ca, ta ca ti qui tán , ta trán, ta ta ca, ti qui ti tán, tá tran, ta tran clán, y yo creo que ha terminado, y ta cata ra ca ta ca tri, bueno, y qué vaina es ésta, y me le arrimo y empeizo a cazarlo y cuando hace tica rica rica trán, le agarré el arpa y le dije: ¡Tá bueno ya, que me estás matando! la gente apaludió fernéticamente. Y yo con el arpa en las manos, que no la soltaba

Indio Figueredo: arpista de música folklórica venezolana.

Otros post relacionados en este blog:

-
"El Rey del Joropo" bailaba tap dance y atracaba bancos.
- El día que mi padre le dió una trompada a Xavier Cugat
- "Yo tuve una niñez muy fuerte". 1er. cap.
- "Mis primeros pasos", cap. II
- "Yo era malo", cap. III
- "Me vistieron de niña, cap. IV
- "Prendí las piernas" y "Comencé a conocer delincuentes en la policía", cap.V y VI
- "Del correcional al hospital; "De Maracaibo a Caracas", cap. VII y VIII.
- "De Caracas a Maracaibo"; "De Maracaibo a Barranquilla, de Barranquilla a Puerto Cabello, de Puerto Cabello a Caracas"; Mis primeros billetes", cap. IX, X y XI.

- De la vida artística. "Poco a poco comencé a levantar mi vida artística" y "¡El Rey, el Rey!"; cap. XII y XIII